14 de septiembre de 2006

El arte de cruzar calles sin ser atropellada

Definitivamente el cruzar las calles en esta ciudad en la que hay tanto tránsito, y tanto irresponsable al volante, se vuelve un arte.

Hoy tuve que cruzar la Av. América (para esos panas extranjeros, les cuento que la América es una de las avenidas más importantes del Norte de Quito. Super transitada y llena de smog).

En la intersección de la América y Lallement, a alrededor de 3 cuadras de la casa, estaba parada yo, tranquila y esperando poder cruzar.
Mi primer intento se vió truncado por un carro blanco que se pasó el rojo, y que casi me atropella.
El siguiente intento sucedió enseguida, apenas las lucesitas rojas de atrás del carro blanco que casi me asesina acababan de pasar a mi lado.

Llegué a la mitad, sana y salva.

Ahora tenía que pasar por el carril del Metrobus.
Yo al metrobus le tengo un miedito especial. Siempre me han pasado cosas montada en uno. Creo que derroche demasiada mala energía montada en el bus, (via a Carapungo, durante el Huracán que me desorganizó la vida) y entonces cada vez que me monto en uno, creo, pasan cosas malas, por mi mala onda con el metrobus.

Entonces con el miedo de la mala onda que le tengo al metrobus vi siquiera unas diez veces de un lado a otro. (Una vez en el metrobus, llegando a la parada La Florida, el bus en el que estaba el número 4, atropelló a un hombre, no es el único caso, ha pasado varias veces)
Cruce.

Ahora me tocaba cruzar la otra parte de la América, en la de Norte a Sur.

El semáforo había detenido a muchísimos carros, casi una fila de dos cuadras de carros. Entonces pasé por detrás de una camioneta azul obscuro, vi de reojo que el auto que estaba detras de la camioneta iba a aprovechar el pequeño espacio vacío alado de la camioneta para avanzar un puesto.
Así que con rápidez, y agilidad, pase detrás de la camioneta y pasé por enfrente del auto del "pilas" y llegué al otro lado de la calle.

Otra vez. Sana y Salva.

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