**dandole un poco de ambiente busetero...**
¿Qué pasaría si todos decidiéramos ser más amables con la persona que se sienta a nuestro lado en el bus?
Esta es la escena:
LA Gaby se sube al Eden- San Pablo que la llevará a su casa después de un largo día de clases.
Se sienta en el primer asiento detrás del conductor. A su lado, un muchacho mojado por la lluvia que seguramente también sale de la universidad -por la mochila en su regazo- mira por la ventana.
¿Qué estará pensando? se pregunta LA Gaby
¿porqué será que no puedo ser tan amistosa con él como lo he sido en tantas ocasiones con el chofer de un taxi? ¿Será la cercanía? ¿Qué cosas increìbles -o en su defecto cuan normales- podría yo enterarme sobre él? ¿Sobre que le hablaría? ¿Del clima? ¿El fútbol? ¿La política?
¿Qué pasaría si tal vez, las personas que tomamos el mismo bus, a la misma hora conversáramos entre nosotros? Tal vez nos daríamos cuenta que la fulanita no se subió en la esquina o sea que tal vez se atrasó al trabajo "y con lo fregado que es el jefe!!".
Podría llegarse hasta a una amistad con el chofer "Buenos días Don Manolo ¿Cómo está la familia? ¿Se mejoró ya el Maicol?"
Un ambiente amistoso y de relajo se viviría en cada viaje en bus.
Se notaría la presencia de los nuevos integrantes del recorrido.
Quito sería cada vez más pequeño. Si de por sí ya es un pañuelo y todos estamos de una u otra forma conectados, las conexiones se harían cada vez más pequeñas. ¡Sería un hi5 en vivo!
En las ocasiones en las que nos subiríamos en un bus a otro lugar, en otro horario, llegaríamos a tener amigos de one trip only.
Pero el rumor Gabriela ¡EL RUMOR! ¡EL CHISME! Siendo estas conexiones más pequeñas, el chisme llegaría más rápido y más lejos y a oidos del/de la afectado/a más rápido... ¡Sería terrible!
Después dejaríamos de viajar en los buses... cambiaríamos de horarios... Pero aún así no nos salvaríamos de la maldición.
Siempre conoceríamos a alguien que nos fuera a hablar sobre el clima.
Después de todo esto, LA Gaby prefiere no conversar con el muchacho a su lado para salvarse de la maldición.
*Dedicado a mi amigo Germán que me ha hecho ver a los buses como algo más que un simple medio de transporte.
Esta es la escena:
LA Gaby se sube al Eden- San Pablo que la llevará a su casa después de un largo día de clases.
Se sienta en el primer asiento detrás del conductor. A su lado, un muchacho mojado por la lluvia que seguramente también sale de la universidad -por la mochila en su regazo- mira por la ventana.
¿Qué estará pensando? se pregunta LA Gaby
¿porqué será que no puedo ser tan amistosa con él como lo he sido en tantas ocasiones con el chofer de un taxi? ¿Será la cercanía? ¿Qué cosas increìbles -o en su defecto cuan normales- podría yo enterarme sobre él? ¿Sobre que le hablaría? ¿Del clima? ¿El fútbol? ¿La política?
¿Qué pasaría si tal vez, las personas que tomamos el mismo bus, a la misma hora conversáramos entre nosotros? Tal vez nos daríamos cuenta que la fulanita no se subió en la esquina o sea que tal vez se atrasó al trabajo "y con lo fregado que es el jefe!!".
Podría llegarse hasta a una amistad con el chofer "Buenos días Don Manolo ¿Cómo está la familia? ¿Se mejoró ya el Maicol?"
Un ambiente amistoso y de relajo se viviría en cada viaje en bus.
Se notaría la presencia de los nuevos integrantes del recorrido.
Quito sería cada vez más pequeño. Si de por sí ya es un pañuelo y todos estamos de una u otra forma conectados, las conexiones se harían cada vez más pequeñas. ¡Sería un hi5 en vivo!
En las ocasiones en las que nos subiríamos en un bus a otro lugar, en otro horario, llegaríamos a tener amigos de one trip only.
Pero el rumor Gabriela ¡EL RUMOR! ¡EL CHISME! Siendo estas conexiones más pequeñas, el chisme llegaría más rápido y más lejos y a oidos del/de la afectado/a más rápido... ¡Sería terrible!
Después dejaríamos de viajar en los buses... cambiaríamos de horarios... Pero aún así no nos salvaríamos de la maldición.
Siempre conoceríamos a alguien que nos fuera a hablar sobre el clima.
Después de todo esto, LA Gaby prefiere no conversar con el muchacho a su lado para salvarse de la maldición.
*Dedicado a mi amigo Germán que me ha hecho ver a los buses como algo más que un simple medio de transporte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario