4 de octubre de 2006

Confesiones Inevitables Capítulo 2 "Estoy casada"

Tenía muchos problemas en mi casa, la vida junto a mi madre era invivible ya... Llegué al punto en el que no podía llegar sobria a mi casa, para no tener que toparme con sus palabras que tanto dolor me causaban y que mantenían a la herida abierta y sangrante.

Así que apenas entré a la universidad, conocí al Andrés.
Al comienzo el Andrés parecía un buen hombre, con muchas ganas de salir adelante, con muchos sueños y por sobre todas las cosas con ganas de amarme eternamente.
Una noche en la que no quería regresar sobria a mi casa, terminé en el árbol de la CCE con el Andrés y los hipposos nos armamos un bate. Después el Andrés me acompañó a casa, y mientras caminabamos se me ocurrió preguntarle si quería casarse conmigo.
Su primera respuesta fue no. Y la verdad hubiese preferido que se quedará en no, si en mi mente estupefaciente hubiera por lo menos pensado un poquito en lo que vendría a futuro.

El Andrés viene de una familia muy humilde... odio ese adjetivo.... porque es un eufemismo para la palabra pobre... que no sé porque es tan estereotipada como que ser pobre es algo malo.
Entonces, el Andrés viene de una familia muy pobre.
Sus papás vivían (no se si todavía viven ahí) en una especie de bodega en un barrio llamado Zabala, que queda a más o menos 20 minutos para adeeeeentro de Carapungo.

El día que les contamos a sus papás que nos ibamos a casar, ellos se alegraron mucho y agradecieron a Dios que una mujer haya aparecido en la vida de su familia, y me dieron la bienvenida a su familia y me hiciero parte de ella con mucho cariño.
La mamá del Andrés había nacido en el seno de una familia evangélica. Yo por mucho tiempo había etereotipado a los cristianos como fanáticos religiosos, y tener una suegra cristiana me aterraba.
Claro que como todo estereotipo, me puse frente con frente a él, y descubrí cosas que no hubiese descubierto si no mataba al estereotipo.

Su padre en cambio era un hombre terriblemente machista. Y era él, quien haría de sus hijos, figuras extremadamente machistas a futuro.

El Andrés tenía dos hermanos, la Fernanda y el Giancarlo.
La Fernanda había quedado embarazada de un tipo llamado Marco, con el que se casó por esa razón (no porq se llamaba Marco... por que estaba embarazada) y el Giancarlo tenía como 6 o 7 años, no me acuerdo.

Cuando el Andrés y yo nos casamos, la primera casa a la que fuimos a vivir, fue compartida con la Fercha y el Marco.
Ahí estabamos los 6: El Andrés, el Benja, la Fercha, el Marco, la Amy y yo.
No duramos viviendo juntos por mucho tiempo, al Marco le gustaba el black metal, y a las 6 de la mañana (a veces antes) le gustaba prender la radio de la sala, y despertarnos a todos con los "melodiosos" sonidos del black, regresaba a las 3 de la mañana del trabajo y le hacía levantar a la Fercha para cocinarle la comida, porque a él no le gustaba la comida recalentada.

Yo me podrí de tanto machismo estúpido de parte de mi concuñado y le dije al Andrés que nos larguemos de ahí.
Nos fuimos a vivir en Carapungo al departamento de una amiga de mi mamá.

Hasta este punto de nuestro matrimonio, todo iba bien. El sexo era maravilloso, y el sentirnos tan enamorados, era delicioso.
Pero como iban pasando los meses y la pobreza iba entrando por la puerta de la casa, el amor quería lanzarse por la ventana.

El Andrés se pasaba consiguiendo trabajos de mierda de los que lo botaban después de una semana, o que pasaba el "mes de prueba" y lo botaban de nuevo, sin pagarle.
Así que empezamos a depender económicamente de mi madre.

Después de algunos meses, el Andrés decidió que yo no tenía que ir a la Universidad. Sus preceptos machistas heredados de su padre, y los preceptos cristianos de su madre lo hicieron recurrir a la biblia, en una parte donde decía "la mujer debe estar sometida al hombre".

Ahi empezaron nuestros problemas. Él ya no quería que estudie, no quería que trabaje, me quizo hacer un ama de casa, gorda y llena de guaguas.


LA Gaby no es de las mujeres que aceptan gustosas de ese tipo de actividades. Me considero una mujer demasiado pilas como para desechar esa inteligencia a la basura...

Y cuando la relación no daba más y me encontraba en mi obligado embarazo, nos separamos.
Por una caída en un bus perdí al bebé (claro que el doctor luego dijo que el bebé tenía ni se cuantos problemas y que era mejor que lo haya perdido... porque igual moriría al nacer)

Todavía estoy casada con el Andrés, pero porque él no se ha dignado en hacer los papeles respectivos... supuestamente en estos días después de las vacaciones del abogado vamos a empezar el papeleo... espero que todo salga bien y que no dure como el divorcio de mis papás (7 años).

Y bueno ahí lo tienen... No se pierda del siguiente capítulo de: Confesiones Inevitables... Que el capítulo 3 se pone candente!!!

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