Había una sola estrella en el cielo, justo encima de las antenas del Pichincha... La Luna no asomaba por ningún lado. Los residuos de las nubes que habían quedado del día todavía nadaban entre gases estratosféricos y no dejaban ver nada más que a ellas mismas.
El ruido incesante de la ciudad estaba apaciguandose, por lo menos en el sector donde vivo, las calles estaban casi deserticas y el smog ya no cubría mi visión en cada esquina.
Ya casi por llegar a casa, después de una larga caminata en la que le expliqué al Demoño que hacer berrinche y sufrir porque yo no le compre una pistola en la juguetería era una estúpidez, porque mientras el quiere un pedazo de plástico deformado en un arma, hay niños de la misma edad de él que jamás van a tener un juguete como ese, o en un caso peor, niños que a su edad están aprendiendo a usar armas de verdad con las que van a disparar a matar algún día a otro ser humano.
Mi Pequeño Demoño es un niño muy inteligente, estas realidades se le vuelven crudas y crueles cuando se entera de ellas. Pero las toma con fuerza. Llegamos a casa, tomamos un jugo y se fue a dormir.
Salí al patio trasero de mi casa pipa en mano, mire denuevo al cielo.
La Luna hacia una espectacular entrada entre las nubes y la veía magnífica, brillante y redonda.
Las estrellas brillaban titilantes ante mis ojos y por allí creo haber visto una estrella rosada...
La noche me cayó encima... Y la adore en su oscuridad y en sus relampagueantes momentos de lucidez que me permiten cada vez pensar con más claridad las cosas. Al parecer me estoy volviendo una amante de la noche... Eso es bueno.
4 comentarios:
Me sienmto responsable por lo de ayer. perdon por ser un amargadote :s
Tranqui pana... Todo bien :D
con esas lunas... para que más
lo bueno de la noche es que, a pesar de ser oscura, te permite ver cosas que en el día sería imposible ver
...parece mentira, pero la obscuridad de la noche ilumina mucho.
Mientras más espesa mejor.
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