LA bienvenida a mis mundos

Y te encontré… o mejor dicho… vos me encontraste a mí. Y así llenos de esperanzas como estamos, y con lo feliz que me hace verte tan feliz, y como sigo conjugando este trabalenguas de querencias. De que te quiero como he querido querer a alguien que me quiera como quiero ser querida…
Porque me encanta reír a tu lado, porque me encanta saberte cercano, tenerte a mi lado, y sintiendo como deliciosamente rozas mis labios, y los vas haciendo parte de ti, y como con cada caricia de tu lengua a la mía, vas descontrolando esas mariposas que me vuelan traviesas por la médula espinal y me crean terribles consecuencias neuronales-hormonales.
Porque me siento segura y tranquila a tu lado, porque prefiero mil veces acomodar anatómicamente mi pequeñez a tu grandeza y acurrucarme en tus brazos, sentirme protegida, sentirme tan bien… tan bien… ¡tan malditamente bien!
Porque de esto están hechos los sueños, de momentos alucinantes como los que tengo contigo, de esos momentos en los que no es necesario decirnos nada, sólo mirar a las manos gigantescas que nacen de las palmeras y detrás de ellas el cielo celeste y gris de la ciudad de mierda que nos alberga.
Porque siento que no necesito nada más.
Porque cada día que pasa a tu lado voy conociendo más de ese hombre tan grandioso y hermoso que demuestras ser.
Y porque ya era hora… para los dos, de encontrar a la otra parte. Me tienes ahí, ante ti, a corazón abierto, queriéndote como te mereces ser querido

Y por todas esas cosas te doy la bienvenida a todos mis mundos… a los lindos, a los terribles, tétricos y macabros, a los grises y a los anaranjados, pero sobretodo al fuxia… A esos momentos rosa intensos que quiero seguir teniendo contigo.

Debo confesar: El tiempo cronológico no es de gran importancia para mí, y si… Estoy enamorada de vos.

Bienvenido seas a todos mis mundos…