-don't stop me now-

Irse a la playa es siempre una aventura, sobretodo si es que se viaja sin conocerse el camino.
Descubrir en cada momento pueblos nuevos en la carretera y ver que es lo que cada uno tiene que brindar.

Después de los secos de carne en Nanegalito comenzamos oficialmente nuestro viaje a la playa mis jefes, sus niños, la niñera, el Lobo, el Angelito y yo.
Los niños, la niñera y mi Jefe se durmieron al paso, calor, ya eran más de las 9pm cuando todos dormían. En eso llegó una niebla tan espesa que ibamos a uno por hora y con el Lobo con la cabeza fuera del carro tratando de dirigir a mi jefa para que no se cambie de carril accidentalmente.

Ya a la media noche descubrimos Quinindé "The Party town" como la bautizamos luego, al parecer, si es que quieres ir a farrear durísimo, Quinindé es EL lugar.

Mi Jefa y yo pasamos coreando canciones de los 70's 80's y 90's... Lo más gracioso debe haber sido oirnos graznar a Phil Collins a las 2 de la mañana...

La carretera de entrada a Esmeraldas está muchísimo mejor de la última vez que fui allá hace 7 años.
Llegamos a Tonsupa y luego de mucho preguntar encontramos un hotel en donde alquilamos una habitación repleta de camas. Había una cama matrimonial, una litera de plaza y media y una litera "mixta" con una matrimonial abajo y una plaza y media encima.
Todos nos quedamos en el mismo cuarto. Este fue el viaje de la intimidad.

Como llegamos pasadas las 2am fuimos a dormir de una.
Al día siguiente a las 9am ya estabamos en la playa.
Que rica es esa sensación de volver a meter los pies en el mar después de mucho tiempo de no haberlo hecho.

Pasamos en la playa jugando y nadando hasta ir a almorzar y luego a nadar a la piscina del hotel. De ahi la siesta en la tarde para en la noche salir a Atacames.
Gran error.

La verdad es que yo no quería ir a Atacames, el Lobo tampoco, pero a mi jefe le habían hablando tanto del lugar que insistio en ir a verla.
La decepción fue grande. Mares de gente caminando por todos lados, bares compitiendo estridentemente entre bachata batracia y regueton gomero lado a lado y mala comida.
Sólo nos salvó una pipa árabe de la que fumamos más que tabaco de sabores.

Nos tomó más de una hora salir de Atacames, gracias a Diosito Sánchez en el carro podíamos ir escuchando el remis de Led Zeppelin y Kiss y no el regueton gomero y la bachata batracia de los bares aledaños.
Me sorprende como ha crecido y degenerado Atacames.
Me impresionó como de esos bares de cobacha ahora hay bares de dos pisos, con pantallas gigantes y hasta consolas aniñadisimas de DJ.

Volvimos a Tonsupa y mis Jefes cansadisimos volvieron al cuarto. El Lobo y yo de puros noveleros fuimos a checar que tal el ambiente de degeneración de Tonsupa, y pues no estaba tanto como en Atacames... pero va en el mismo camino.
Tomamos un par de tragos y volvimos al hotel a fumar y dormir.
Al dìa siguiente volvimos a playa y después a empacar.

Fue maravilloso... Estamos bronceaditos doraditos y descansaditos...

Próximas paradas: El Oriente y Canoa.