Desde esa tarde cuando estaba en la 52 (en GuayaKill City a los buses no se los trata en masculino, son más bien "las busetas" y no tienen lindos nombres como Eden-San Pablo o Camal-Aeropuerto si no que son sólo números) bueno... sigo... estaba en la 52 yendo al Malecón cuando depronto un hombre empezó a vender libretas (con todo y esfero) al módico precio de 50 centavos.
Ese momento pensé que la libretita me beneficiaría mucho, ya que con lo olvidadiza que soy, podría retener las ideas un momento más, escribirlas, y después transcribirlas al blog.
Pero no compré la libretita... Y desde entonces ando pensando que debo conseguir una. Pero cada que lo recuerdo... Lo olvido enseguida. Y en los momentos menos precisos, recuerdo que necesito comprar la libreta. Así como en el momento en el que estoy encima de mi novio un ratito antes de... bueno... ya saben, y se me ocurren cosas tan bonitas que decirle y... le digo: "Gordo... tengo que comprar esa libreta".
Mañana de ley la compro, y así de ley este blog va a ser una bestia! (si es que no me olvido de llevar conmigo la libreta todo el tiempo a todos lados...)
5 comentarios:
...no vas a llevar la libreta mientras estés sobre tu novio... antes tenía una grabadora de mano... te la aconsejo... aunque la verdad era incómoda en el momento del sexo desmedido y paría cassetes de porno sugerentes que luego me daban pena borrar...
la libreta está bien
un abrazo, desde la orilla de mis cuentos
Dios, memoria de dos segundos, como los pescados :p
ni tanto... lo que pasa es que en esta cotidianidad hace olvidar las grandes ideas... jeje
Yo tengo una libreta también, pero es que a veces no se puede escribir lo que una retiene en poco minutos en la cabeza! O a veces cuando salgo, se me queda la libreta en casa, buuu.
¡No te olvides de la libreta, Gaby!
¡Saludos!
La Chika de la Luna.
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