Porque ser guardia de seguridad de una imprenta debe ser el trabajo más aburrido del mundo... O tal vez, las cosas se ponen mejor cada que la señorita que vive dos cuadras más arriba de la imprenta se da un poco de su tiempo para conversar sobre el clima con este Chocolate Gigante.
Don Hector trabaja guardando la seguridad de una empresa cercana a mi casa. Es un hombre de raza negra que mide siquiera dos metros.
Obviamente si les digo que el guardia de la imprenta es un negro de dos metros eso espantará a algunos y dificilmente querrán acercarse allá por miedo a que el negrote les haga algo.
Tiene una sonrisa gigantesca... Los dientes amarillos de tanto fumar y el Pequeño Demoño dice que tiene la voz de payaso.
A Don Hector lo veo al medio día cuando subo a almorzar en la casa. Me detengo unos minutos para hablar con él, casi siempre del clima, luego nos despedimos cordialmente y eso me alegra el resto del día.
Este es otro de esos pequeños homenajes a las personas que parecen insignificantes pero que significan más allá de ellos mismos.
1 comentario:
Que importantes seres :)
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