La aventura pre post

Anoche antes de entrar a la oficina desde donde uso el amado Internet, me di cuenta que es toda una aventura entrar en la oficina antes de llegar a sentarme frente al computador.
Y hela aquí:

Abrir la puerta café que da al patio trasero es el primer paso, cruzo hasta la mitad del patio por un camino de cerámica, que cuando era niña no existía y que ahora está ahí por fines meramente estéticos.

La oficina está compuesta de dos módulos, uno a la derecha, donde está la oficina principal, (la de mi tío) y la secretaría detrás de la puerta de entrada. Hace años estaba una alfombra café viejísima que cubría por completo la oficina, que antes hacía de consultorio de uno de mis tíos, después pasó a ser una fundación de los amigos de otro de mis tíos que cuidaban el medio ambiente. Para ahora ser la oficina de un montón de economistas que hacen consultorías.

Del lado izquierdo, está el otro módulo de la oficina, donde están los empleados, un pequeño pasillo da la bienvenida, detrás de la pared del lado derecho del pasillo está una mesa grande donde se hacen las presentaciones con su in focus. Y detrás por fin, el lugar de las computadoras.

Pero, para que yo llegue hasta la computadora, primero tengo que entrar al primer módulo, una llave pequeña, gira en sentido de las agujas del reloj y abre la primera puerta. Hasta eso, ya tengo lista la pequeñísima y rugosa llave, que abre la oficina de mi tío. Un chillido de la alarma me da la bienvenida al primer módulo, al que entro corriendo, abro la puerta de madera que se desliza hacia la derecha y con mucha rapidez abro el cajetín que tiene los números que debo aplastar en un orden específico… un… dos… tres… cuatro… pip pip. Uf… Suspiro.

Salgo del primer módulo, bajo cuatro graditas, y cruzo hacia el segundo módulo. La llave cuadrada y grande tiene problemas siempre para abrir la puerta que le corresponde, así que forcejeo un poco la puerta y cede. Piii, otra vez el pitido que avisa al cajetín que se ha abierto una puerta.
Camino por el pasillo oscuro, llego hasta la mesa grande, con la que no sé porqué me choco a diario.
Llego hasta la parte trasera del segundo módulo. Prendo el CPU, el módem, los parlantes y por último la pantalla.
Tomo una de las sillas de la oficina y la acomodo a mi tamaño, para estar frente a frente al monitor.

La pantalla se pone azul y muestra dos sesiones. La primera con el nombre de la empresa, y la siguiente dice Invitad o (con el espacio de la O) Hago clic en Invitad o y se da inicio a la sesión.