Es que la casa se siente sola y vacia sin él, sin sus ruidos, sin sus pedidos, sin sus constantes llamadas...
Es como que todo estuviera de colores más cafeseses... no sé... extraño tenerlo acá.
Se fue el sábado, y todas las tardes ha llamado para pedir permiso para un día más. Cuelgo y lloro.
Estoy acostumbrada a su presencia. Y me duele su ausencia...
Quiero chocolates. Pudín de chocolate.
8 comentarios:
Escucha algún BUEN merengue del calibre "se anotó un virao" y verás cómo te alegras por 4:09 minutos.
al menos sabes que está pasando bien, en algo alegra que él esté feliz!!!!
nada que cualquiera te diga va a ser que se calme el síndrome de madre sin su hijo... volverá, pero.
ánimo ahi.
Lo bueno se hace esperar.
Y mientras más, mejor se pone.
besos
Ya va a regresar. Y la sonrisa y los ruidos te llenarán otra vez. Paciencia!!!
¡Pudin de chocolate! eehh
Ánimo, que ya prontito lo tendrás de nuevo contigo =)
No repetir´lo que han dicho hasta el momento, más bien. vé a la tienda y atragantate de chocolate y leche condensada...
Ooh!!, y a dónde es que lo mandaste? seguro está bien y feliz!!. Así que tranquila, mejor, por un lado, tienes más tiempito para ti :D
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