16 de abril de 2011

-animalia-

Cuando salíamos hoy del restaurante, en la vereda de en frente caminaba un collie abandonado, mi novio en broma me dijo: "te gusta Gaby? te lo quieres llevar a la casa?" burlándose de mi al parecer nueva afición de adoptar animales de la calle.

Pero me acuerdo de mi misma hace algunos años, y sé que este amor por los animales es relativamente nuevo.
Cuando era niña, siempre pedíamos un perro, coincidencialmente, mi mamá siempre nos regalaba perras, y a estas perras, siempre, las llamabamos "Sandy" que no sé si coincidencialmente o qué, es el nombre de la esposa de mi Abuelo (papá de mi papá).
Mi mamá antes de regalarnos las perras hacía las preguntas de rigor:
-¿Si le van a cuidar?
-¿Si le van a bañar?
-¿Si van a recoger las cacas?
-¿Si le van a dar de comer?

A todas estas preguntas respondíamos que Sí, y entonces llegaba una nueva Sandy a casa.
Un par de meses después, Sandy desaparecía, porque mi ñaño y yo no habíamos cumplido con ninguno de los tratos hechos con mi mami.
Así que las Sandys iban a parar en las casas de sus comadres, de la empleada o de algún amigo.

Nunca tuve un/a perro/a por más de un par de meses.

Luego están la Pastor Alemán de mi Abuelita. Coincidencialmente, mi Abuelita siempre consigue una Pastor Aleman hembra para quien su única función es cuidar de la casa.
Pasa todo el día en la terraza y por las noches baja al patio frontal a comer y a cuidar la casa, y a la mañana siguiente vuelve a subir a la terraza y pasar ahí el día entero para de nuevo bajar por la noche y así sucesivamente.
La familia no tiene ningún contacto con la perra. En mi adolescencia, el único contacto que tenía yo con la perra era el tener que esquivarla cuando volvía en la madrugada de las fiestas, para poder entrar a la casa.

Pero luego conocí a la Buffy, la Rottweiller de mis suegros. La perra más inteligente que he conocido en mi vida.
Con ella aprendí a apreciar a los perros, a darme cuenta que son seres muy inteligentes y cariñosos y que uno se llena de vida estando cerca de ellos.
Tengo que reconocer que cuando se murió la Buffy me dolió un poquito el corazón.

Así que aprendí a quererlos.

Justo apareció el PAE y su campaña de adoptar perros callejeros. ¿Por qué no? Dije yo.
La primera perra que tuvimos, Gaara, fue recogida de la calle por unos manes, nosotros queríamos adoptar una husky de 1 año, pero ella ya había sido adoptada y nos ofrecieron esta perrita mestiza con ansias de ser Golden Retriever.
Por mala suerte se nos enfermó, y tuvimos que dormirla.

Luego apareció el Arthas. Vivió con nosotros como por tres semanas, y tuvo que irse por incompatibilidad de caracteres con los niños... Eran mis hijos o él...

Si tuviera la oportunidad de adoptar otro perrito lo haría. Aunque me ha dolido en el alma perderlos, pero creo que el tiempo que pasan aquí, el amor que les doy me llena, y los llena a ellos también.

2 comentarios:

Unknown dijo...

y un gato?

Unknown dijo...

Hola amig@ blogger, me gusta mucho tu blog, me harias un gran favor si visitas el mio de poesia y me comentas alguna con tu opinión, gracias:
www.trobadordelapoesia.blogspot.com