Y si... a todos nos ha pasado. Se toca esa fibra sensible... una acción, una palabra, que sé yo, algo que haga recordar alguna cosa traumante y pasada y PAF! Pérdida de control total.
Histeria, llanto, gritos...
Pero que viva que se siente una cuando pierde el control. Que rico es "salirse de las casillas" y por un momento solo dejar la ira fluir. Perdiendo el control uno deja de comportarse "normal", deja la casilla en la que está su temperamento y al parecer una no es la persona que siempre es... "así no soy yo... eso no es "normal" en mi".
Lo único que no me gusta es ese sentimiento de culpa que una siente después... Ese arrepentimiento de tal vez por culpa de esos gritos (bastante ofensivos a veces) haya hecho daño al sujeto gritado. Y ese sentimiento de haber dejado el cuerpo, haberse convertido en otra, haberse sentido viva, haberse sentido mala, y haber vuelto a través del dolor a la realidad.
Y por último el miedo, el terror, la paranoia, del pensar que tal vez una se está volviendo loca. Loca en serio. Loca de manicomio, loca de psiquiatrico, loca enferma... El terror de perder las bases de realidad... y de hacer daño a esos dos a los que una ama tanto.
3 comentarios:
creo que la mejor solucion a eso es correr... cuando yo corro se me va la rabia por los poros... o sino tratar de ver el problema desde lejos, ahi te das cuenta que estar enojado es una perdida de tiempo.
creo que la mejor solucion a eso es correr... cuando yo corro se me va la rabia por los poros... o sino tratar de ver el problema desde lejos, ahi te das cuenta que estar enojado es una perdida de tiempo.
La solución es perder un poco el control. Cada día. Un poco. Estas acistumbrada a destruir a quienes quieres, por aguantarte tanta huevada.
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