25 de abril de 2011

-de hermandades y brujería-

Eran dos hermanos.

Dos hermanos solos en el mundo.

Una noche, Hermano no llegó a dormir, ni la noche siguiente, ni la siguiente. Hermana se preocupó, empezó a llamar a los hospitales, a las cárceles y por último a las morgues. Nadie le daba señales de Hermano.

Una tarde una vecina le comenta que hay un brujo, que con solo mirar una fotografía del desaparecido, lo puede encontrar.
Hermana, utilizando ya lo último de su esperanza, fue al brujo.
Luego de cobrarle cientos de dólares, el brujo miró la foto, invocó a los espíritus y ellos le dijeron, que encontraría a Hermano en la provincia del Carchi, dentro de la casa de un hombre que siempre lleva un sombrero rojo.

Unos días después, apenas salió del trabajo, Hermana tomó un bus hasta la provincia del Carchi.
Ahí buscó a cualquier hombre con sombrero rojo.
Los hombres que encontraba no sabían darle razón de su hermano. Nadie lo había visto, nadie lo conocía.

Despechada volvió donde el brujo, le reclamó duramente el que no haya podido encontrar a su hermano.
A lo que él respondió: "Pero usted fue el viernes al Carchi, usted vino acá en miércoles, él hasta hoy, ya se ha movido de lugar, si quiere saber donde está ahora, ya sabe lo que tiene que hacer".

Hermana pagó otros cientos de dólares y el brujo volvió a hacer de las suyas, enviándola esta vez a la provincia de Esmeraldas, donde encontraría a su hermano dentro de una casa de caña.

La desesperación de Hermana, la llevó a viajar por 8 provincias del país en las que el brujo decía, se encontraba su hermano.
En ninguna de las provincias la gente sabía de él.

Una mañana mientras trabajaba, la Doctorita le preguntó que por qué tenía ese semblante tan triste.
Hermana le contó la historia del brujo y la tormentosa deuda que tenía con él.
La Doctorita le dijo que debía poner fin a las visitas al brujo y además que tenía que asumir que su hermano estaba perdido y que tal vez no lo recuperaría.

Así que Hermana siguió el sabio consejo de la Doctorita y dejó el pasado atrás.

Dos años después, Hermano cruzaba el umbral de la puerta de su casa.

La historia cuenta que Hermano conoció una guapa gringa en un bar de la Mariscal. Se enamoraron locamente, y él se fue a vivir con ella en su hotel.
La gringa con plata le compró de todo, e hizo lo imposible por llevárselo a sus tierras.
Dos años después el amor se les acabó, y así iba entrando Hermano de vuelta a casa.
Lleno de billete que le había dado la gringa.

El billete se acabó pronto, pagando al brujo la deuda gigantesca de su hermana...

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